viernes, 27 de octubre de 2017

Yo era una persona sonriente, bromista, feliz (claro, exceptuando mis cuadritos depresivos que se solucionan con chochos porque esta situación es orgánica gente mía), guapa, inteligente e incluso creativa. La medicina me mató, he vivido dos años que no debí; el primero se llevó algo, me rompió un no sé qué, y el segundo simplemente está pasando como tiempo muerto que al menos me permite llorarme.
Es tal el disgusto de hacer lo que hago que mi cuerpo se enferma con todo, alergias, garganta, piel, articulaciones, mente. Me he cansado de ser tan frágil, me siento como loca hipocondriaca cuando sé que las cosas son reales pero no estarían sucediendo si mi cuerpo no reflejara la situación que vivo, o si ésta fuese la adecuada.
Tengo 28 años, dejaré de ser médico, he iniciado de nuevo los idiomas, los dibujos, planeo aprender música, y hoy oficialmente reinicio la temporada de escribir.